El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) suele tener un impacto significativo en la vida de las personas afectadas. Quienes tienen TDAH normalmente presentan problemas en su entorno, en la escuela, el trabajo y en sus relaciones personales en general. También son mucho más propensos a sufrir accidentes y lesiones.
Los síntomas del TDAH pueden variar según la edad de las personas y el tipo de TDAH. En los niños, los síntomas suelen ser más evidentes. Mientras que en los adultos, los síntomas pueden ser más sutiles y pasar desapercibidos.
No basta con identificarse con los síntomas más comunes del trastorno, pero puede ser un comienzo para contactar con un especialista.
El TDAH se caracteriza por problemas de hiperactividad, atención e impulsividad. Normalmente los síntomas aparecen a partir de los 12 años, pero algunos niños muestran sus primeros indicios a los tres. Pueden ser síntomas leves, moderados o muy graves, todo dependerá del tipo de TDAH.
En los niños puede ser difícil de detectar el trastorno, puesto que ellos suelen desconcentrarse fácilmente y les cuesta seguir órdenes.
Es por ello que es importante percatarse de cuáles conductas prevalecen a pesar del tiempo. Se supone que a medida que crecen, los niños deben ir moldeando conductas, siguiendo órdenes y concentrándose en las tareas.
Algunos de los síntomas más comunes del TDAH son:
Las personas con TDAH pueden tener problemas para concentrarse en las tareas. Se distraen fácilmente por estímulos externos, como el ruido o el movimiento. También pueden tener problemas para permanecer enfocados en una tarea, incluso cuando esas actividades les parecen interesantes.
Las personas con TDAH pueden moverse constantemente, incluso cuando no es apropiado. También pueden tener dificultades para permanecer sentados o quietos, moviéndose nerviosamente y dando golpecitos con las manos o los pies. Muchas veces hasta se retuercen en su asiento.
Quienes tienen TDAH se les dificulta enormemente seguir instrucciones y normalmente no logran terminar las tareas que se proponen realizar. En realidad, pueden tener problemas para entender las instrucciones, recordarlas o seguirlas. Además, suele ser difícil organizarse y mantener el enfoque en una tarea durante períodos prolongados de tiempo.
Las personas con TDAH suelen tener problemas para controlar sus impulsos. Hablan y actúan sin pensar en las consecuencias de sus actos. También pueden tener problemas para esperar su turno o para compartir con los demás.
Aquellos que sufren de TDAH suelen tener dificultades para regular sus emociones, sentimientos y reacciones. Al experimentar emociones intensas, muchas veces no saben cómo identificarlas y expresarlas. De esta forma, no pueden controlar su enojo, frustración, estrés, tristeza o felicidad.
Como tienen problemas para concentrarse, seguir instrucciones y procesar la información, las personas con TDAH, se les dificulta escuchar cuando se les habla.
Mientras se entabla una conversación con alguien que sufre de TDAH se debe estar preparado para observar cómo se distrae por estímulos externos. También pueden olvidar rápidamente lo que se le dijo o simplemente no entienden la conversación.
Quienes tienen TDAH suelen presentar problemas de organización y planificación. Debido a su falta de concentración pierden u olvidan cosas. Pueden comenzar una tarea sin pensar en cuánto tiempo tardarán en completarla y pierden el enfoque de sus actividades. Además, no saben cómo organizar sus pensamientos o materiales de trabajo.
El habla excesiva e interrumpir a los demás son dos síntomas comunes del TDAH. Cuando están hablando, pueden sentirse más concentrados en lo que están diciendo que en lo que los demás comparten. Además, tienen dificultades para esperar su turno para hablar y pueden sentirse ansiosos por compartir sus pensamientos.
El TDAH es un trastorno complejo que afecta todos los aspectos de la vida de una persona. Los síntomas del TDAH son realmente desafiantes, pero con la ayuda y el apoyo adecuado de profesionales las personas con este trastorno pueden aprender a gestionar sus síntomas y vivir una mejor vida.