Si sufres ansiedad, nerviosismo, y estás constantemente pendiente de la suba y baja de precios de las criptomonedas, es probable que tengas síntomas de una adicción muy común en la nueva era. Lo bueno es que como cualquier adicción, puede haber una salida. Te guiamos cómo sobrellevar esta situación de tanto cansancio y estrés en tu vida.
Las criptomonedas son monedas digitales o virtuales, representan dinero que existe en la gran nube que es internet. Estas monedas surgen de una nueva tecnología descentralizada llamada blockchain. Tienen la particularidad de no necesitar intermediarios lo cual las hacen monedas globales accesibles desde cualquier dispositivo electrónico.
Hoy en día muchos comercios e incluso países han adoptado a las criptomonedas cómo medio de pago. Las más comunes en el mercado son Bitcoin y Ethereum, por el momento.
¿Fiebre temporal?
Parece que este mercado llegó para quedarse, ya que por años, con el ingreso de bitcoin, las personas vienen invirtiendo y vendiendo criptomonedas. Podemos decir que es una epidemia de este nuevo siglo y no parece ser algo temporal o que se vaya en un corto plazo.
Está adicción se relaciona mucho con la ludopatía y comparten cosas en común. Usualmente las personas que juegan o apuestan online, suelen invertir en criptomonedas ya que les genera la misma sensación de adrenalina y creencia de que se volverán ricos de un momento para el otro. Para poder sospechar de una adicción la persona deberá en cortos períodos de tiempo chequear sus criptos personales, leer sobre el tema, ver todas sus apps relacionadas al tema. Ahora hablemos de los síntomas consecuentes de esto y que suelen sufrir estas personas:
- Altos niveles de ansiedad y nerviosismo
- Signos de depresión o humor muy descendido
- Irritabilidad
- Aislamiento
- Problemas financieros
- Mentir y no decir que está invirtiendo en criptodivisas
¿Por qué es tan atractivo?
Dado que cualquier persona con un teléfono móvil puede comprar sus primeras criptomonedas, es algo que tiene un alcance enorme a nivel mundial. Ya son millones de personas que están metidas de lleno en este mercado.
La atracción principal que tiene es igual que el juego, la posibilidad de ganar. Las miles de historias sobre personas que se vuelven millonarias incitan a que otras “prueben” y le den lugar a la suerte para que mejore su vida y su destino.
Luego está el famoso FOMO (Fear of missing out), que todos conocemos. Esto es una ansiedad o nerviosismo de no formar parte de algo. Naturalmente el humano vive en comunidad, le gusta pertenecer. El mundo cripto ha creado una comunidad gigante de personas que se apoyan, al igual que un cuadro de futbol o la nacionalidad de un país. Las criptomonedas ya representan algo para la sociedad, que puede ser tecnología, revolución o simplemente poder. Las personas naturalmente tienen gustos y preferencias, lo que las hace querer integrarse y meterse a formar parte de algo más grande que ellos mismos.
Al igual que la ludopatía, la adicción a las criptomonedas se puede tratar con terapia psicológica. Usualmente estos síntomas no aparecen solos y la persona probablemente sufra otro tipo de problemáticas relacionadas. Es por eso, que cualquier terapia psicológica podrá apoyar y ayudar a la persona a reducir sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
De todas formas, poder alejarse de este mundo también es una opción positiva para recuperar la salud mental. Recordemos que hay muchas cosas más importantes que el dinero, cómo la salud emocional, mental y física. Poder tener una familia o amigos que generen una contención también ayudarán a aliviar el problema.
Algunas terapias efectivas para llevar a cabo:
- Psicoanálisis
- Terapia Cognitiva-Conductual
- Gestalt Terapia
Reflexión
Aunque todavía es algo nuevo y no definido. Ya se están viendo muchas problemáticas relacionadas al tema. Recomendamos consultar con un profesional psicólogo para poder profundizar en tu caso particular. Recuerda que cuidarse a uno mismo nunca está de más. La paz mental es algo que es sumamente importante para encontrar bienestar y desarrollo en nuestra vida.