Sentir calor en la cara repentinamente puede tener muchas causas. Desde un aumento en la temperatura del ambiente, hasta los efectos adversos de consumir ciertos medicamentos. Sin embargo, también es posible que se trate de un síntoma común de la ansiedad.
¿Alguna vez has sentido que tu cara se encuentra caliente sin mucha explicación? Probablemente se trata de un síntoma de ansiedad. Si te ha ocurrido tras un episodio de miedo, nerviosismo o inquietud excesiva, es muy probable que sea causado por este trastorno mental.
Y es que este síntoma no sólo se manifiesta como una sensación de calor, sino también como un posible enrojecimiento en la cara y sudoración. Hasta cierto punto es normal que la cara se enrojezca y se ponga caliente, pues existen factores externos e internos que lo causan. No obstante, es importante determinar cuándo es saludable este cambio, y cuándo se debe actuar.
Si has sentido vergüenza o mucha rabia, puede ser natural que tu rostro se sienta caliente y se vea un poco rojo. Una fiebre, hacer ejercicio o ciertas bebidas calientes, también pueden causar este efecto. Ahora bien, si te pones rojo con frecuencia y sientes la cara muy caliente, incluso en situaciones en las que no deberías sentirte avergonzado, podría ser un síntoma de ansiedad.
Una de las manifestaciones físicas más comunes de la ansiedad es la sensación de calor en la cara. De hecho, puede llegar a ser un síntoma extremadamente molesto y embarazoso, gracias a la coloración rojiza tan fuerte y la posible sudoración.
Además, el calor en la cara causado por la ansiedad puede ir acompañado de otros síntomas físicos. Los temblores, las palpitaciones, las náuseas y los mareos son producidos por las mismas razones y, por tanto, también pueden ser un problema muy grande.
Algunas personas se sienten incómodas en público debido a su coloración rojiza y al calor que presentan. Y esto puede acarrear problemáticas más graves, ya que dificulta las interacciones sociales.
El calor en la cara puede ser un síntoma de la ansiedad, pero también puede ser causado por otras cosas. La exposición al calor, el ejercicio, los medicamentos, los problemas de la piel y hasta las bebidas alcohólicas, pueden ser la razón por la que se presentan.
Sin embargo, si la ansiedad es la causa de este malestar, lo más importante es actuar para controlarla. Una vez que sepas qué te está provocando ansiedad, puedes empezar a desarrollar estrategias para afrontarlo y evitar el malestar de sus síntomas.
Pocas personas identifican el calor en la cara como un síntoma real de la ansiedad. La razón principal radica en la gran intensidad con la que se presentan los demás síntomas, que terminan opacando el impacto del calor en la cara.
Pero la realidad es que cuando una persona está ansiosa, su cuerpo se encarga de liberar infinidad de hormonas como método de auto preservación. Se activa el sistema nervioso simpático, ya que es el responsable de estimular las respuestas de lucha o huida que tiene el cuerpo.
La adrenalina y el cortisol son las hormonas que más resaltan, pues provocan una serie de cambios físicos importantes en el cuerpo. Desde el aumento del ritmo cardiaco, la sudoración y la respiración. En consecuencia, estos mismos cambios físicos logran que la cara esté más acalorada.
En lo que respecta a su coloración rojiza, es importante resaltar la dilatación de los vasos sanguíneos en la cara. Cuando se produce esta dilatación, la sangre fluye a la superficie de la piel, causando mejillas enrojecidas y caliente al tacto.
Cabe mencionar que el enrojecimiento facial causado por la ansiedad suele ser temporal y se resuelve por sí solo, una vez que la ansiedad disminuye. Sin embargo, en algunos casos, puede durar más tiempo y es importante supervisar este síntoma para pedir ayuda médica si llega a ser necesario.
Si experimentas calor en la cara con frecuencia, es importante hablar con tu médico para descartar cualquier causa médica subyacente. Pero si lo has identificado como síntoma de la ansiedad, tu objetivo debe ser un tratamiento psicológico. Te aseguramos que, al mejorar tus episodios de estrés, el calor en la cara y el enrojecimiento disminuirán considerablemente.