El ego puede ser nuestro aliado o nuestro enemigo. Dependiendo de cómo nos relacionemos con esta estructura de personalidad, es cómo nos puede jugar a favor o en contra. Pero ¿se puede romper el ego? Te invitamos a leer el artículo para averiguarlo.
El Ego en psicología es una estructura que forma parte del psiquismo y también se le denomina “Yo”. Se describe a esta estructura como la “consciencia” y la capacidad que tenemos de percibir la realidad. En un lenguaje más coloquial, cuando hablamos de que alguien tiene mucho o muy grande el ego, nos referimos a una persona narcisista.
El ego en psicología dinámica refiere a una estructura que tiene la capacidad limitada de entrar en el inconsciente, ayudando a la consciencia a expandirse.
Si quieres escuchar sobre el ego y entender cómo manejarlo de una mejor manera, puedes escuchar nuestro podcast Nos Pasan Cosas sobre el tema:
El ego puede pasar por procesos que pueden generar síntomas o ser perjudiciales para la salud de la persona. Aquí podemos decir que el ego se vuelve un problema para el ser. Estos procesos pueden ser los que en psicología se conocen como inflacionarios o deflacionarios.
Inflación: Cuando el ego o el yo se infla, significa que adquiere un tamaño más grande del que naturalmente debería tener. Esto sucede en distintos niveles. Un nivel normal podría ser cuando frente a un desafío nuevo nos llenamos de confianza extra o esperanza para poder enfrentar este tipo de situación. En su estado patológico o desadaptativo, el ego se infla desproporcionadamente, perdiendo objetividad, los límites entre la consciencia y lo inconsciente. Aquí puede haber delirios de grandeza o megalomanía, siendo el ego tomado por el poder, llevando a la persona a la omnipotencia, conduciendo a la persona a un estado de puro instinto, hasta pudiendo cometer actos delinquidos. Otro de los problemas que puede generar una inflación del ego es que perdamos nuestra identidad, pretendiendo ser alguien que no somos en verdad.
Deflación: Una deflación de esta estructura puede ser también tan sana como patológica. Por un lado, muchas veces en la vida de las personas, ocurre una situación que atenta contra la autoestima. Puede ser la pérdida de un trabajo, la ruptura con una pareja o el fracaso en algún emprendimiento personal. Aquí suele suceder que la confianza y el autoestima se van por el suelo. Este estado puede llevar en su lado positivo a sentir humildad y reflexionar sobre cómo mejorar varios aspectos de nuestra vida.
Si esta deflación, en cambio, se vuelve algo persistente en el tiempo, sintiéndonos menos, con baja autoestima y con un estado de ánimo decaído, estamos frente a una deflación patológica que puede conducirnos incluso a una depresión.
Este estado nos llevará a perder objetividad frente a nosotros mismos, nuestras posibilidades frente a la vida y capacidades personales. Esto impactará directamente ne nuestro estado de ánimo y nos costará comenzar de nuevo cualquier proyecto de vida personal.
Tanto en un estado de inflación extremo como deflación, es importante pedir ayuda psicológica de un profesional, ya que son situaciones extremas donde es complejo poder salir por nuestra cuenta. De todas maneras, proponemos cómo prevenir esto, atendiendo cuales son los problemas que el ego nos presenta y cómo llevar a cabo una transformación.
Podemos llamar romper el ego a dejar muchas creencias que teníamos, que han sido impuestas por la sociedad o nuestra propia familia. Este tipo de creencias pueden ser del tipo: “tengo que ser el mejor en algo”, “debo ganar mucho dinero para estar bien”, “una pareja tiene que ser para toda la vida”. Dejar atrás conceptos que solo nos genera sufrimiento, puede sentirse como una muerte, como un dolor muy profundo, pero solo así daremos lugar a nuestra personalidad más auténtica, basada en lo que nos hace bien y nos transforma. Esto puede sentirse como romper el ego. Aunque verdaderamente no lo estamos haciendo, solo lo transformamos en uno, quizás, más sano.
El Ego suele moverse a través de distintas dinámicas relacionales. Sin embargo, una de las cuestiones que más atrapa al Ego es el poder y el control.
Esta forma de relacionarse, a través del poder, genera un distanciamiento humano que puede desencadenar en una profunda soledad. El Ego que se vincula solamente a través del poder, está inmerso y, muchas veces preso, de una realidad muy poco gratificante y, sin lugar a dudas, problemática. El poder nos separa de los otros y de nosotros mismos.
Poder romper el ego entonces será soltar, liberarnos de querer controlar todo y de relacionarnos desde el poder.
Cuando dejamos de controlar y aceptamos a los otros y a la realidad tal cual es, podemos decir que rompimos nuestro ego y dejamos lugar al amor.
El amor es libertad, es aceptar lo desconocido y es atravesar situaciones aunque nos den incertidumbre y miedo.
Para llegar a relacionarnos desde el amor muchas veces es necesario "romper" el ego, dejar atrás muchas creencias, soltar el control y abrirnos a sentir.