Cuando hablamos de placer, muchas veces lo relacionamos con la sexualidad. Pero este sentimiento y sensación abarca un abanico que va más allá del sexo. Existen distintos tipos de placer que la vida nos ofrece para poder alcanzar un bienestar pleno. En este artículo profundizamos en el tema.
¿Qué es el Placer?
El placer es un sentimiento o sensación agradable, que nos estimula a nivel físico y emocional. Este sentimiento positivo se manifiesta cuando satisfacemos alguna necesidad o cumplimos con algo que nos proponemos. Desde comer algo cuando tenemos hambre a poder dormir cuando tenemos mucho sueño. Puede expresarse en el corto o en el largo plazo.
El Placer, Neurociencia y Estrés
El sentimiento de placer descarga una cantidad de hormonas como la dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas que generan una sensación de bienestar general en el cuerpo. Existen distintos tipos de placer que podemos vivir en nuestra vida para poder generar este sentimiento y la generación de estas hormonas que tan bien nos hacen a nuestra salud.
Además, se ha descubierto en investigaciones que el placer alivia el estrés, ya que la descarga de estas hormonas inhiben los sistemas de ansiedad en nuestro organismo.
El Abuso de la búsqueda del placer
La búsqueda obsesiva por sentir placer puede ser perjudicial para la salud. El mecanismo de recompensa de satisfacer una necesidad puede generar una adicción. Ya sea por comida, un juego lúdico o una relación, buscar solamente el placer, puede generarnos paradójicamente, sufrimiento. Esto se da debido a que es probable que estemos intentando sentir placer para evitar otro sentimiento o emoción más profunda detrás.
Epicuro, fundador del hedonismo racional, explica que la búsqueda del placer tiene que ser siempre conducida por la prudencia.
Tipos de Placer
Los tipos de placer nos sirven para comprender la diversidad y la complejidad del ser humano. Nos abren a un área de sentir mucho más compleja que solo el placer como término general. Un buen ejercicio es ver cómo estos placeres se pueden combinar, enriqueciendo la experiencia en sí misma y aumentando la intensidad del placer tanto en el corto, como en el largo plazo.
Placer Físico
Este tipo de placer se encuentra en la estimulación de los sentidos. El sexo, los alimentos, el descanso, el ejericio y la música son ejemplos de este placer. Desde el tacto hasta el olfato, el estímulo de nuestro cuerpo genera placer. Este placer puede durar poco o mucho tiempo dependiendo de la actividad. Es interesante poder conjugar este placer con los demás tipos, ya que aumentará el sentimiento y lo llevará a un nivel más profundo.
Placer Psicológico
Este placer se refiere a todos aquellos placeres provocados por nuestra psiquis, desde un pensamiento gracioso hasta un recuerdo placentero. La mente es capaz de crear fantasías gracias a la imaginación, generando sentimientos positivos y placenteros.
Placer Emocional
El placer emocional es derivado de las emociones que nos pueden generar una relación amistosa, de pareja o de cualquier otro. Esto se da por la empatía que nos conecta como seres humanos, permitiéndonos amar y sentir placer. También es conocido como placer social.
Placer Intelectual
Este tipo de placer se da por el hecho de aprender, descubrir y descifrar nueva información que nos despierte un placer por la comprensión de algo nuevo y diferente.
Placer Espiritual
El último placer que señalamos trata de la conexión con lo trascendente. Este instinto humano de conectar con algo más grande que él mismo, permite sentir otro tipo de placer que se diferencia de los otros ya que tiende a ser más individual y personal. Podríamos decir que que el placer espiritual viene dado por la consciencia individual de un orden cósmico. Usualmente la persona que experimenta este tipo de placer no lo puede poner en palabras por ser una experiencia tan atípica.
La Falta de Placer
Si volvemos a la definición de placer vamos a ver que el placer se da cuando satisfacemos una necesidad. Esto quiere decir que para que exista el placer, tiene que existir una necesidad, una falta o un deseo. Muchas veces la falta de placer se relaciona con la falta de deseo o de una necesidad. Es preciso entender que no existe una sin la otra. Son dos principios que funcionan en conjunción.
Entonces, podríamos preguntarnos dónde está nuestra necesidad. ¿Sabemos cuál es? Tanto en el corto como en el largo plazo, esta puede ser una pregunta difícil de responder. Es común intentar responder esta pregunta con la respuesta que daría la sociedad, nuestra familia o una persona que admiramos mucho. Pero los deseos de otros no son los nuestros y encontrarnos con los propios es de suma importancia. Especialmente para poder sentir placer.
¿Qué deseamos?
El poder conectar con lo que necesitamos es saber de nuestra individualidad. Es conocernos y profundizar en lo que verdaderamente somos. A veces, a simple vista puede que parezca que solo necesitamos sexo o una buena comida, pero en lo más profundo buscamos una conexión emocional o intelectual. En el autoconocimiento y el desarrollo de nuestra consciencia, en este proceso, están las respuestas.
El Placer en el día a día
Al saber que necesitamos o qué estamos buscando, podemos emprender una búsqueda personal en el día a día. Sea desarrollando una actividad que nos brinde distintos tipos de placer como encontrando placer emocional e intelectual de una nueva relación. Poder generar todos los beneficios del placer en el día a día generará paz y tranquilidad y especialmente bienestar y crecimiento.
El desafío más grande puede estar en entrar en nuestro mundo interno, nuestros sueños, fantasías y preguntas más profundas en relación a quienes somos. Pero esta búsqueda nos guiará a encontrar aún más placer en la vida, ya que conectaremos con lo más auténtico de nuestra alma.
Aunque la vida no se trate de solamente buscar satisfacer necesidades, si será una vida más plena encontrando el placer.
