La envidia ha sido categorizada como “mala” por la sociedad. Sin embargo, es un sentimiento que podemos sentir como seres humanos. Dicho esto, podemos prestar atención a qué función cumple en nuestro día a día y cómo podemos transformarla en creativa.
La envidia se conoce como un sentimiento de dolor o rechazo hacia otra persona. Se da por no poseer algo o alguna cualidad que la otra sí lo hace. Usualmente este sentimiento es rechazado socialmente ya que las personas que lo sienten son juzgadas. La realidad es que como muchos sentimientos humanos es natural sentir envidia. El problema es cuando este sentimiento se rechaza en sí mismo, reprimiéndolo y enviandolo a lo que en psicología analítica se le conoce como sombra.
La envidia reprimida genera lo que conocemos como personas falsas, que pretenden ser más amables de lo que realmente son o que simplemente ostentan con personas, situaciones o cosas para parecerse a otras. Se preocupan más por el cómo los ven los demás por lo que en verdad son.
Esto no genera una transformación de la envidia, dejándola crónicamente rigidizada en el interior del inconsciente, generando problemas en las relaciones, de identidad y conflictos constantes con el otro.
En el mundo de hoy, donde conocemos plenamente la vida íntima de cada persona en redes sociales, la envidia es algo muy común. Solemos envidiar usualmente aspectos que la sociedad valora como positivos. Los más comunes son:
-La belleza física
-La simpatía
-La abundancia económica, el dinero
-Poseer diferentes cosas: casa, auto, ropa
-Logros académicos
-Logros laborales
-Estilos de vida
-La intelectualidad
-La libertad de expresión
No. De hecho la envidia puede ser algo creativo y positivo. Todo depende de lo que hagamos con este sentimiento. Para poder conceder a la envidia como un aspecto creativo, debemos primero entender que todo lo que nos sucede tiene un sentido. El otro siempre está espejandonos. Está mostrandonos aspectos desconocidos de nosotros mismos, solamente para descubrirnos. Si seguimos esta línea de pensamiento, la envidia existe para mostrarnos esto.
Podemos entender que esta envidia que escondemos, se proyecta en los otros, mostrando algo que "queremos" o "aspiramos a ser".
Vamos a poner el ejemplo de una persona muy exitosa en lo económico. Mientras la otra viva reprimiendo esa envidia, no podrá transformarla en algo creativo y descubrir que hay de él en ese otro tan exitoso, qué aprendizaje puede surgir. Por algo eligió esa persona, por algo la categorizó como "exitosa". Podría haber sido cualquier otra, sin embargo su inconsciente apuntó a esa misma.
Poder acercarnos en la realidad a esa persona exitosa puede resultar el primer paso para transformar nuestra envidia. Desde aprender cómo hizo esa persona para conseguir eso que tanto anhelamos hasta conocerlo personalmente, sus rasgos, actitudes y personalidad. Esto permitirá conocernos en profundidad y develar el misterio de aquello que envidiamos y que solamente hablaba de algo profundo en nosotros mismos. Así podemos concluír que la envidia no es mala de por sí. De hecho, puede ser un aliado cuando se trata del crecimiento personal.
Podríamos entonces hacernos las siguientes preguntas:
Para conocer aspectos de nosotros mismos que aún no hemos reconocido.
Haciendola consciente, esto quiere decir, aceptándola como parte de nuestra vivencia. Luego, podemos acercarnos a lo envidiado, dialogar y así, transformarlo.
Reflexión
Hemos reprimido por mucho tiempo como nos sentimos por cuestiones sociales. Poder conectar con nuestra verdadera sombra, ya sean sentimientos de rechazo, odio y envidia, es la única forma de empezar a transformarlos en su totalidad.
Los invitamos a descubrir qué aspectos envidiamos y de qué persona, para así encontrar creativamente qué buscamos en la vida y quienes somos verdaderamente.