La terapia Gestalt, un enfoque humanista de la psicoterapia, se desarrolló en la década de 1950 como una reacción a las terapias más tradicionales y analíticas. Este enfoque, fundado por Fritz Perls, Laura Perls y Paul Goodman, se centra en la conciencia del "aquí y ahora", la autorreflexión y la responsabilidad personal.
El término "Gestalt" proviene del alemán y se traduce como "forma" o "totalidad", lo que refleja la idea central de que la terapia busca ayudar a las personas a ver y comprender la totalidad de sus experiencias y su relación con el mundo que les rodea.
Principios básicos de la terapia Gestalt
La terapia Gestalt está regida por los siguientes principios:
1. El Aquí y Ahora: En la terapia Gestalt, se pone un fuerte énfasis en el presente, en lo que está sucediendo en el momento. Los terapeutas trabajan con los pacientes para explorar sus pensamientos, emociones y sensaciones físicas en tiempo real. Esto ayuda a los individuos a tomar conciencia de cómo interactúan con el mundo en este momento, en lugar de centrarse en el pasado o el futuro.
2. Autorreflexión: La terapia Gestalt fomenta la autorreflexión, es decir, la capacidad de mirar hacia adentro y examinar sus pensamientos y emociones. Los terapeutas ayudan a los pacientes a identificar patrones de pensamiento y comportamiento, así como a comprender cómo esos patrones pueden estar afectando su bienestar.
3. Responsabilidad personal: La terapia Gestalt promueve la responsabilidad personal. Los individuos son alentados a asumir la responsabilidad de sus acciones y elecciones. Esto implica reconocer que tienen el poder de tomar decisiones conscientes y que pueden influir en su propia vida.
4. Contacto y retirada: La terapia Gestalt se enfoca en el concepto de "contacto" con el mundo y la "retirada" de ese contacto. El contacto se refiere a la interacción activa con el entorno y con otras personas, mientras que la retirada es la tendencia a aislarse o desconectar. Los terapeutas ayudan a los pacientes a explorar cómo equilibran estos dos aspectos y cómo pueden mejorar su capacidad de conectarse con los demás y con ellos mismos.
5. El ciclo de la experiencia: La terapia Gestalt sigue un proceso llamado "ciclo de la experiencia", que consta de cinco fases (sensación, conciencia, energía, acción y contacto). Los terapeutas trabajan con los pacientes para explorar cada una de estas fases y ayudarles a comprender cómo pueden quedar atrapados en alguna de ellas, evitando la resolución de problemas o la autorregulación emocional.
6. El Yo y el Tú: La relación terapéutica es fundamental en la terapia Gestalt. Los terapeutas se comprometen con los pacientes en un diálogo auténtico y colaborativo. Esto refleja la idea de que la terapia no es un proceso en el que el terapeuta "arregla" al paciente, sino una experiencia compartida de exploración y crecimiento.
7. Técnicas expresivas: La terapia Gestalt a menudo utiliza técnicas expresivas para ayudar a los pacientes a explorar sus emociones y pensamientos. Una de las técnicas más conocidas es la "silla vacía", en la que los pacientes interactúan con partes de sí mismos o con personas significativas a través de una silla vacía. Estas técnicas pueden ayudar a dar voz a conflictos internos y emociones no expresadas.
Terapia Gestalt en Argentina
En Argentina, como en muchos otros lugares, la terapia Gestalt es ampliamente practicada y accesible. Para comenzar con la terapia Gestalt en Argentina, sigue estos pasos:
1. Infórmate sobre la terapia Gestalt
2. Busca un buen terapeuta
3. Haz tu entrevista inicial
4. Inicia las sesiones de terapia
5. Aplica lo aprendido
Recuerda que la terapia Gestalt es un proceso personal y único. La relación con tu terapeuta es fundamental, por lo que es importante encontrar a alguien con quien te sientas cómodo y en quien confíes.
La terapia Gestalt puede ser beneficiosa para abordar una amplia gama de problemas, desde cuestiones emocionales hasta dificultades en las relaciones, y puede ayudarte a desarrollar una mayor conciencia de ti mismo y de tus patrones de comportamiento.
