Luego del diagnóstico e identificación del tipo de TDAH, se recomienda seguir el tratamiento indicado por el especialista para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Si no se cumple con el tratamiento y terapias adecuados, el TDAH puede afectar la capacidad de aprender, trabajar y relacionarse con el entorno. Afortunadamente existen diferentes tratamientos en la actualidad respaldados por especialistas, que ayudan a cientos de personas que sufren este trastorno.
Para que un tratamiento del TDAH funcione, es fundamental que se cumpla con todo un proceso en el que colaboren tanto profesionales de la salud mental, como otras personas del entorno del paciente. De hecho, un buen tratamiento no solo se centra en los síntomas, sino también en el desarrollo de las habilidades del paciente. Esto con el objetivo de mejorar su vida personal, laboral y académica.
Es así como los mejores tratamientos para el TDAH son individualizados. Los profesionales evalúan a cada paciente y precisan sus dificultades para elaborar un plan, teniendo en cuenta las características y necesidades específicas de cada persona. Es por eso que usualmente se habla de que existen diferentes tratamientos disponibles para el TDAH. Y estos pueden ser combinados para lograr los mejores resultados.
En todo caso, los tratamientos para el TDAH se dividen en dos categorías principales: medicamentos y terapia conductual.
Los medicamentos ayudan a controlar las conductas problemáticas de los pacientes. Se puede decir que un buen tratamiento farmacológico es capaz de minimizar los síntomas del TDAH de manera efectiva, como la falta de atención, concentración y autorregulación. Entre los medicamentos más usados se pueden encontrar:
Medicamentos estimulantes
Son neurotransmisores que actúan aumentando los niveles de dopamina y norepinefrina. Son seguros y eficaces para la mayoría de las personas con TDAH.
Sin embargo, pueden tener algunos efectos secundarios como pérdida del apetito, insomnio, nerviosismo y cambios de humor. Algunos de los más usados son el metilfenidato y las anfetaminas.
Medicamentos no estimulantes
No funcionan tan rápido como los estimulantes, pero su duración es mayor a las 24 horas.
Estos tratamientos no aumentan los niveles de dopamina en el cerebro como lo hacen los medicamentos estimulantes. Por el contrario, aumentan los niveles de norepinefrina y reducen la actividad del sistema nervioso central. Algunos de los más usados son la Guanfacina, Atomoxetina y Clonidina.
Otro de los tratamientos para el TDAH que los profesionales de la salud recomiendan es la terapia conductual.
Este tipo de terapia ayuda a las personas con TDAH a desarrollar habilidades para gestionar su comportamiento y capacidad en la organización, el establecimiento de metas y la resolución de problemas.
El objetivo de la terapia conductual es enseñar y fortalecer comportamientos positivos en el paciente, así como eliminar aquellos que sean problemáticos e interfieran en su desarrollo.
La terapia conductual puede ser individual, familiar o grupal, dependiendo de las necesidades de los pacientes. También puede ayudar a los padres y maestros a desarrollar estrategias que apoyen a los niños con TDAH.
Ahora bien, la terapia conductual puede presentar diferentes enfoques como:
Terapia de relajación
Se enfoca en ayudar a los pacientes a reducir considerablemente el estrés y la ansiedad tras episodios complicados debido al TDAH.
Terapia de atención plena
Este tipo de terapia ayuda a las personas con TDAH a desarrollar conciencia y mayor atención al realizar sus actividades.
Terapia de modificación de la conducta
Se centra en cambiar el comportamiento mediante el uso de refuerzos positivos, consecuencias negativas y extinción.
Terapia cognitiva conductual
Es un enfoque más complejo de la terapia conductual para el TDAH. Ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos y creencias negativas que tienen sobre sus comportamientos. En esta terapia se identifican, reevalúan y se desarrollan nuevas creencias.
Entrenamiento de habilidades para la vida
Su objetivo principal es ayudar a los pacientes a desarrollar habilidades para la vida cotidiana, como la organización, la planificación y la gestión del tiempo.
Entrenamiento de habilidades sociales
Se enfoca en desarrollar habilidades sociales como la comunicación, la resolución de problemas y la empatía en personas con TDAH. Este entrenamiento conductual ayuda a aprender a iniciar y mantener una conversación, resolver conflictos de manera pacífica, y leer y responder a señales sociales.
Terapia para padres
Se trata del entrenamiento enfocado en los padres, en donde se encargan de desarrollar estrategias para gestionar el comportamiento de los niños con TDAH. En esta terapia aprenden cómo establecer límites, manejar los comportamientos negativos y proporcionar refuerzos positivos.
El TDAH es todo un desafío, pero no es un impedimento para vivir una vida plena. No se trata de una enfermedad, sino más bien de una condición que no tiene cura. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y la orientación de profesionales de la salud mental, las personas con TDAH pueden alcanzar sus metas y sueños con total normalidad.