En este artículo hablaremos sobre la demisexualidad, un término muy utilizado últimamente y que muchas personas ignoran. Iremos formulando qué es la demisexualidad, cómo se la entiende hoy en día, cuáles son sus características, y la compararemos con el amor a primera vista. Por último, entenderemos a la demisexualidad como una función normal y estructurante del amor.
La demisexualidad es la orientación sexual hacia personas con las que existe un vínculo emocional. Esto quiere decir que para que haya deseo sexual, debe haber afecto por la otra persona. Una persona con orientación demisexual no se verá atraída por otra que no conoce y no tiene un vínculo afectivo previo.
Esto no quiere decir que estas personas van sentir atracción o deseo por todas las personas con las que tienen un vínculo afectivo y emocional, sino que si ese afecto no está, es imposible que la atracción aparezca.
La demisexualidad está siendo reconocida como la quinta orientación sexual.
Hoy, cada vez más, las personas se cuestionan y hacen conscientes su propia sexualidad. Lo hacen para vivir más libres e íntegras. Nombramos los otros tipos de orientaciones sexuales que se conocen en nuestra sociedad:
- Heterosexualidad
Es el tipo de sexualidad que una persona se ve atraída por el sexo opuesto.
- Homosexualidad
La homosexualidad es la atracción de una persona por el mismo sexo.
- Bisexualidad
Esta sexualidad contempla la atracción por el sexo opuesto y también por el mismo sexo.
- Asexualidad
Es cuando la persona no se siente atraída por ningún género.
La atracción en la demisexualidad ocurre cuando se genera una confianza y un vínculo íntimo con la otra persona. Estas dos son las características principales. Se debe dar este encuentro emocional y esta relación afectiva para que exista la atracción sexual por la otra persona, más allá del género.
Este tipo de orientación tiene la particularidad de llevar tiempo, más allá de dónde se conozca a la otra persona.
Las personas que viven esta sexualidad muchas veces les cuesta vincularse sexualmente, ya que les lleva tiempo previo el poder lograr sentirse en confianza. Por eso, muchas veces pueden pasar por “asexuales”, pero esto no es así. Solamente requiere tiempo el poder conectar a un nivel profundo con la otra persona.
A veces este tipo de orientación puede alienar a la persona, sintiéndose muy diferentes a las otras personas u orientaciones. Se suelen aislar por sentirse incomprendidos, pasándose por personas un tanto “solitarias”
Cómo hemos dicho, la demisexualidad lleva inherentemente un una atracción afectiva y emocional con el otro. Esta atracción no quiere decir que no pueda ser nutrida por cuestiones físicas o intelectuales, pero su esencia se basa en el vínculo se haya instaurado con la otra persona. Por lo tanto, lo físico no va a influir considerablemente en la génesis de esa atracción, como suele pasar en el “amor a primera vista”. Éste último suele usarse para ese impacto visual y estético que puede generar una persona en la otra. Sin embargo, en la demisexualidad, la atracción basada en el vínculo afectivo, se va construyendo a un nivel más profundo.
Hoy en día vivimos en una sociedad sobreestimulada con información, esto es debido a la digitalización y al avance de las nuevas tecnologías. Este avance permitió que las personas se conozcan con más facilidad. Incluso, algunos buscan el amor en línea. Al mismo tiempo, con la sobreestimulación de las pantallas, los vínculos pueden verse deteriorados y superficiales. Dicho esto podemos sugerir que hay una necesidad de generar vínculos más fuertes y reales, por lo que que la demisexualidad podría surgir, en el polo opuesto, para compensar esta necesidad afectiva que tenemos como sociedad.