En la actualidad, se toma cada vez con más seriedad la salud mental y la terapia ha pasado de ser algo totalmente extraño a formar parte de nuestro día a día. De hecho, existen muchos tipos de terapia que apuntan a diferentes objetivos. Una de las que toma mayor popularidad es la terapia sistemática.
La terapia sistémica es un enfoque psicoterapéutico que se fundamenta en la teoría de sistemas, la cual sostiene que los individuos son parte de sistemas más grandes, como la familia, la pareja o la comunidad.
Esta modalidad terapéutica considera que los problemas emocionales o conductuales de una persona no pueden entenderse completamente sin examinar el contexto en el que se desarrollan. Por lo tanto, la terapia sistémica se centra en comprender las interacciones y patrones de comunicación dentro de estos sistemas para abordar las dificultades de manera más efectiva.
Uno de los pilares fundamentales de la terapia sistémica es el concepto de circularidad, que implica que las acciones y reacciones de cada miembro de un sistema influyen en los demás de manera continua.
Esta perspectiva difiere de enfoques más tradicionales que pueden centrarse principalmente en el individuo. En cambio, la terapia sistémica busca identificar los círculos interactivos y los procesos que contribuyen a los problemas presentes.
La terapia sistémica se originó en la década de 1950 como una respuesta a las limitaciones de los enfoques terapéuticos más individualistas. Destacados teóricos como Gregory Bateson y Don Jackson influyeron en el desarrollo de esta perspectiva, enfocándose en la dinámica de las relaciones y los patrones repetitivos. Posteriormente, terapeutas como Salvador Minuchin y Jay Haley desarrollaron enfoques prácticos para aplicar estos principios en la práctica clínica.
En una sesión de terapia sistémica, el terapeuta colabora con sus pacientes para explorar y comprender los sistemas en los que están inmersos. Esto puede incluir la familia, la pareja, el trabajo o cualquier otro contexto relevante.
El terapeuta busca identificar patrones disfuncionales y trabajar con los clientes para desarrollar estrategias que promuevan cambios positivos.
Un aspecto clave de la terapia sistémica es la idea de la "homeostasis" familiar, que se refiere al equilibrio o estabilidad relativa en un sistema.
A menudo, los problemas surgen cuando un miembro del sistema intenta cambiar, lo que puede desestabilizar la homeostasis existente y generar resistencia por parte de otros miembros. La terapia sistémica busca comprender estas dinámicas y facilitar cambios que permitan un nuevo equilibrio más saludable.
Otro concepto central es la "resiliencia", que se refiere a la capacidad de un sistema para adaptarse y recuperarse de situaciones desafiantes. La terapia sistémica no solo aborda los problemas inmediatos, sino que también busca fortalecer la resiliencia del sistema para enfrentar futuros desafíos.
Este tipo de terapia se aplica en una variedad de contextos, desde problemas familiares y de pareja hasta asuntos organizacionales. Ha demostrado ser efectiva para abordar una amplia gama de problemas, como conflictos familiares, trastornos alimentarios, adicciones y trastornos de ansiedad.
Para iniciar la terapia sistémica en Argentina, comienza investigando y comprendiendo los principios básicos de este enfoque terapéutico. Busca terapeutas sistémicos en tu área a través de recomendaciones personales o directorios en línea, asegurándote de que estén debidamente acreditados.
Realiza una breve conversación inicial para discutir tus necesidades y preguntas con el terapeuta. Durante este contacto, indaga sobre su enfoque terapéutico, experiencia y tarifas. Si te sientes cómodo, agenda una primera sesión para discutir más a fondo tus preocupaciones y objetivos.
Comprométete con el proceso terapéutico y realiza evaluaciones continuas para asegurarte de que estés satisfecho con la dirección de la terapia. Considera también la opción de sesiones en línea si la distancia es un factor. Explora recursos adicionales, como grupos de apoyo o lecturas, para complementar tu experiencia terapéutica.
La elección de un terapeuta es personal, y encontrar a alguien con quien te sientas conectado es esencial para aprovechar al máximo la terapia sistémica en Argentina. Acude de manera regular y sigue las indicaciones del especialista.